A muchas mujeres les sonará irónico e indignante, el título. Sin embargo necesitamos agradecer a los hombres que todos los días apoyan a más mujeres a crecer, en todos los sentidos. Hombres, que sin miedo de ser llamados maricas o mandilones, habilitan, desarrollan e impulsan, a las niñas en sus familias, a las hermanas, a las esposas, a las madres y a las amigas. Hombres que en ambientes laborales machistas, ven el talento y riqueza que una mujer aporta a la organización, y además, lo reconocen, y promueven.
¡Gracias! Sí, gracias a todos los hombres que, respetan a las mujeres por el simple hecho de ser personas, porque hoy son ejemplo para sus hijos hombres en el trato digno a una mujer.
Sin duda hay mucho trabajo que hacer en cuanto a la equidad y respeto, también en cuanto a que sea la misma mujer la que se asume valiente, valiosa y capaz.